
Desde Cracovia, y sin descanso, este señor emprendió un escape desesperado de las inclemencias de ese señor de bigotito que hoy inspira a miles de depiladoras. No sabemos cómo se llama ni desde qué fecha exacta pedalea. Pero este señor encarna, en la posición de su cuerpo, en su ritmo cansino, y en el modelo de su vehículo, la lucha de todo una generación de exhiliados que paulatinamente fueron encontrando su futuro en otras tierras. Hoy, después de unas décadas, él lo busca. Aunque no lo diga.
1 comentario:
Último contacto con el huésped de Cracovia .. Acabo de verlo, pero simulaba su pasar: Un traje algo grande de talla delataba el disfraz, pero el cansancio en su voz y la inercia de sus movimientos hicieron imposible su negación. Cuando adivinó en mi cara el reconocimiento de su identidad, huyó, lento, a pie.
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