Los espejos son de esas cosas cotidianas que me hacen sentir metafísico. Y es un lugar común, lo sé. Como la metáfora de una metáfora, sé que tienen algo más allá...algo a lo que quisiera acceder. Hoy mi refugio es esto. Y una sambullida simple y desprolija me transporta a la mas sincera abstracción. Debajo del agua todos somos fetos. Debajo del agua nuestra dimensión no es la del pensamiento lineal. Ahí, debajo del agua, tan protegidos pero visibles, se encuentra el estado genealógico que me lleva a la placenta de las ideas y de la inquietud de mi boca de estómago. Placentero. Etimológico. Estimo, lógico, que a todos nos puede depositar en el mismo lugar. Aunque cada bidimensión es única.
viernes, 1 de febrero de 2008
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