Revelador

Pocas imágenes se tienen de los integrantes. Tomesé esto con el cuidado que la prueba irrefutable de un crimen puede tener para un caso. Grabe en su retina las expresión siniestra de estos individuos. Las 5 señoras desaparecidas días atrás en las angostas veredas del microcentro fueron encontradas con la mirada perdida, desorbitada, como quien vió a sus abuelos teniendo sexo oral. Sentadas uno junto a la otra, en un banco de plaza del sensible barrio de Flores, con unos paraguas destruidos a sus pies y la mirada dirigida al mismo ningún sitio. Las señoras presentaban unas insistentes marcas producidas (segun el forense) con las mismas puntas de sus paraguas en las sienes derechas. En las sienes de todas. Los psicólogos dicen que es un mensaje. Que alguien quiere que las señoras piensen. Es ahí, en ese punto, en donde Samuel Gelblung posa su índice aclamando ejercicios nemotécnicos, lo que simboliza el aparato productor de sentido que para los Integrantes no se está usando del todo bien. Pero estas señoras no lo han captado. No han entendido nada. Y cuando se recuperen de este shock. Cuando vuelvan del trance provocado por vaya a saber que atrocidad cometida por Ellos, volveran a las angostas calles los días de lluvias con sus paraguas sombrillescos amenazando ojos, sienes y peinados, a cada paso. Posando sus pies ansiosos sobre la senda peatonal. Por debajo de la acera, ahí, justo por donde se calcula el radio de giro. Haciendo que hasta un koala quiera alistarse en la Impunidad.