lunes, 14 de abril de 2008

Un Impune en plena urbe. ¡¡¡Eduque maestro!!! (es otro irrefutable aporte del de la Paternal)

(un poco en verso) ….

El golpe la lastimó un poco. No era lo buscado, solo quería ponerla en su lugar.
Los presentes me iluminaron con sus faros, más confundidos que enojados (fue muy ruidoso).
Alguno aprobó con su serenidad, dos impunes en un bondi se pueden encontrar.

(y otro en prosa) …

Ella en el fondo había estado esperando toda su vida el castigo. No puede alegar sorpresa. Hoy encontró un vengador, un desequilibrado, y el manto de seguridad de cual siempre confió “en público nadie va a saltar” se desintegró en un segundo …
Las últimas palabras del impune en la situación fueron: “parada, chofer”, pero las inmediatamente anteriores educaban (alguno puede haberse sentido amenazado)
más a los presentes que a la víctima ocasional, seguramente al tanto del trasfondo de la situación. ...
La mujer, ya en casa, continuó la discusión con su marido, ya no por celular, y bajó un poco la voz, por las dudas.

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